Los vinos andaluces en busca de identidad
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"Quizás pocos lectores de esta crónica sepan que antes de los chistes, Lepe fue internacionalmente famoso por sus vinos, que conseguían que quienes los probaban se sintieran “tan fuertes como Sansón”, según relata Chaucer en sus Cuentos de Canterbury. O que en 1665 el vino de Lucena se servía en las 300 tabernas que tenía Cádiz. O que la manzanilla tomó su nombre de un pueblo en la provincia de Huelva. O que en su momento de esplendor, Málaga llegó a tener más de 6.000 lagares que producían 70.000 arrobas de vino de 30 variedades diferentes. O que el velo de flor se llegó a considerar perjudicial en Jerez durante algún tiempo.
Descubrimos estos retazos de historia y mucho más en Madrid, en el I Congreso Internacional sobre los Vinos Tradicionales de Andalucía, donde se congregaron por primera vez fuera de la región —y según los organizadores, no la última— las cuatro denominaciones de origen (más Sanlúcar). ¿El objetivo? Reivindicar ante las 1.500 personas que participaron en los tres días de congreso el origen histórico común de sus vinos y defender la singularidad y calidad de los sistemas de elaboración y envejecimiento de Jerez, Montilla-Moriles, Málaga y Condado de Huelva. En un mundo cada vez más globalizado y lleno de competidores —pero como explicó Rafael del Rey, del Observatorio Español del Mercado del Vino, con mercados nuevos por conquistar— la unión desde la identidad de una zona debe servir para posicionar mejor unos vinos cuyas ventas en exportación han perdido más de 30 millones de euros en las dos últimas décadas".